El traje
- Paula Díaz
- 11 may 2017
- 3 Min. de lectura
Me moría de ganas por traeros esta publicación. El traje, cargado de simbolismo por lo que conlleva, es el icono de formalidad, elegancia, poder, estatus. Creo que es un elemento fundamental que debemos tener siempre en el armario, principalmente por su versatilidad y por su simbología.
Hace ya unos cuantos siglos que el traje está con nosotros, sin embargo no hace tanto que la mujer lo utiliza. Esta prenda ha estado siempre muy asociada al género masculino y hoy todavía se sigue asociando ya que son ellos quienes más lo utilizan. El traje hoy en día se puede utilizar para ceremonias, actos sociales, trabajo, etc. A pesar de su versatilidad, solemos asociar la idea de llevar traje a ejecutivos, o en general personas de altos cargos. Es por esto que me gusta tanto el traje, refleja ese poder y esa elegancia, ¿no me creéis? Prueba a ponerte el traje y salir a la calle, observa como el resto del mundo mirará asombrado imaginando que eres un directivo... o tan solo un chiflado que imita a Barney Stinson.
Cada vez hay más mujeres que utilizan el traje, y no solo en el ámbito laboral. Cosa que no me extraña puesto que es una prenda que inspira confianza, autoridad, descaro y por supuesto elegancia. Por eso creo que es una prenda clave en todo armario, que nos permite crear e imaginar.
Os traigo tres propuestas diferentes y muy interesantes. En primer lugar, el clásico negro, con el detalle del pantalón campana. Este es uno de mis preferidos, me encanta el vuelo que tiene el pantalón a pesar de tener una línea tan marcada por ser un pantalón de traje y el escote de la chaqueta creo que es una maravilla. Es un traje ideal para eventos de noche.




Para las dos primeras opciones decidí combinar los trajes con un bralette color granate que para ocasiones más informales o de noche creo que es una opción muy acertada.
En segundo lugar, he decidido traeros un traje azul marino, con los botones en marfil que le dan un toque especial. El pantalón es más entallado en la parte final y la chaqueta un poco más larga, con los botones mucho más arriba. Es un traje perfecto tanto para la noche como para el día.



Aquí me gustaría hacer una pausa para hablar un poco sobre los "colores". Todos hemos oído en numerosas ocasiones que hay colores que no se pueden combinar y otros que sí. En este aspecto estoy totalmente en desacuerdo. Creo que siempre podemos combinar cualquier color que se nos antoje sabiendo cómo y en qué medida. Combinar una chaqueta roja con un bolso fucsia para mí es acertar al completo, al igual que llevar un traje azul marino con unos zapatos negros como la propuesta que os traigo. Creo que la clave está en cómo decidas llevarlo, y no en lo que lleves. Puede que más adelante profundice más sobre este tema que tanto me gusta...
Por último, os traigo algo más informal que puede utilizarse desde un evento de mañana hasta para salir a cenar una noche de diario un poco más arreglada. En este caso escogí un pantalón de traje gris de pata recta junto con una blusa blanca suelta.



El traje es un elemento clave, pues como hemos visto podemos utilizarlo en mil ocasiones en función de cómo lo combinemos o si utilizamos el traje al completo o partes de él. Como decíamos anteriormente, su versatilidad hace que con un par de prendas podamos crear infinidad de conjuntos.
Para este tipo de prendas es muy importante tener en cuenta los complementos y el maquillaje, pues son estos los que van a marcar el tipo de look. En mi caso he elegido recrear tres looks un poco más arreglados por lo que decidí utilizar unos tacones negros en punta y unos pendientes de brillantes. Para el maquillaje decidí marcar mucho más los ojos con un ahumado rosa y una raya muy pronunciada, dejando los labios en segundo plano para los que utilicé un pintalabios color nude.
En cuanto al fondo elegí el puerto de Valencia, creando así un entorno en el que encontramos elegancia, belleza, clasicismo, y esa enorme sensación de libertad que nos provoca el mar.
Como siempre, espero que os haya gustado y que os anime a seguir probando e innovando.
Un beso enorme,
Pau.
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