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Te echo de menos, Sevilla

  • Paula Díaz
  • 18 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

No sé como escribir este post sin que se me rompa el corazón. Nostalgia, mucha nostalgia siento al ver todas las fotos de la feria de abril, mucho amor, mucha pasión, muchas risas, muchos llantos, miles de recuerdos. Gracias mamá, por haber nacido en una de las ciudades más bonitas que tiene España y sobre todo, gracias por obligarme a ir cada año. Sí, gracias por obligarme, porque nunca me gustó ir, cada Semana Santa, cada Navidad, cada puente tocaban 7 horas de viaje interminables para ir a Sevilla y yo con mis arrebatos de mal humor, que por narices me quería quedar en Murcia a salir con mis amigos. Pero luego, la vida te hace parar a pensar, que tenemos tiempo para disfrutar de cada una de las cosas que nos rodean.


Me enseñaste a disfrutar de un buen libro, a disfrutar de la familia, a disfrutar de nuestras raíces, de nuestras fiestas. Me enseñaste a disfrutar de Sevilla como si hubiera nacido allí, como si hubiese vivido allí toda la vida y por supuesto, me enseñaste a disfrutar de la feria. Los cacharritos, la calle del infierno, las sevillanas, es que hay tantas palabras que me vienen a la mente, tantos momentos, que se me hace difícil describirlo.



Somos un conjunto de todas nuestras vivencias y de todos esos cachitos de tiempo en los que hemos sentido, que soy incapaz de sentirme únicamente murciana o únicamente española, soy un conjunto de todos los lugares en los que he vivido, de todos los momentos en los que he disfrutado.


Y es que esta feria, la siento como si fuese mía, porque así la he vivido cada año, como si yo formara parte de ella y ella una parte de mí. Desde las 11 de la mañana hasta las 2 de la madrugada, de caseta en caseta, baila que baila, come que come, disfrutando del paseo de caballos, de las luces, de los adornos, de los farolillos, descubriendo miradas y sonrisas de complicidad entre desconocidos.



La flor en lo alto de la cabeza, mi vestido de lunares, unas zapatillas (lo siento mamá, lo de ir incómoda ya sabes que no es lo mío) y a bailar, a bailar, a bailar, alegres sevillanas. Así es como me gusta disfrutar la feria, y nada espero que este post os anime a conocer un poco más sobre la feria de abril. Me callo ya mil años (Paula eres una pesada) y os dejo ver las fotos.



Antes de venirme a Canadá, decidí tomar estas fotos para escribiros un post sobre la feria de abril, pero hasta hoy, 17 de abril, no había conseguido sentarme a escribirlo. Pero bueno, tocaba ya sentarse un rato a reflexionar y a soltar todo ese cúmulo de sensaciones que llevo teniendo estos días. Al final, este blog también me sirve un poco como terapia para sacar todos esos pensamientos y todas esas ideas que me gusta mostrar al mundo.


Las fotos fueron tomadas en Murcia, cerca de mi casa, en un pequeño camino de tierra que me recuerda mucho a las calles de la feria de abril.


Espero que os haya gustado este post, algo sentimental, y espero que os haya inspirado a amar un poquito esta ciudad tan bonita y esta tradición tan hermosa.


Un besito enorme,


Pau.



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